Kobe Bryant inspira a nuevas estrellas del baloncesto universitario
Kat Righeimer: el legado de Kobe en su camino hacia el baloncesto universitario
El inicio del baloncesto universitario de Kat Righeimer como becada en Northwestern coincide con un momento emocionalmente significativo: el quinto aniversario de la tragedia en la que perdió a su querido entrenador, Kobe Bryant, y a su hija, Gianna. Righeimer, quien alguna vez fue jugadora de la Mamba Academy, celebró esta transición con entusiasmo junto a sus compañeras de equipo, sintiendo que el destino la acompañaba.
Un homenaje lleno de significado
La joven de 18 años considera su nuevo camino una especie de «regalo del cielo». «Es como si ellos me estuvieran diciendo que siga adelante y que siga luchando», afirmó Righeimer. Este sentimiento de continuidad y apoyo persiste entre las seis mujeres que compartieron su formación con Bryant, quien no solo fue su maestro, sino también su inspiración.
El legado de Mamba se extiende por todo Estados Unidos. Las atletas están repartidas en diferentes universidades: Emily Eadie en Princeton, Annika Jiwani en Dartmouth, Annabelle Spotts en la Universidad de Chicago, Mackenly Randolph en Louisville y Zoie Lamkin en Orange Coast College, en el sur de California. A pesar de la distancia, se mantienen unidas a través de mensajes de aliento y apoyo mutuo.
Lecciones de un ícono
A lo largo de su primera temporada como jugadoras universitarias, las enseñanzas de Bryant resuenan en sus mentes. Por ejemplo, para Lamkin, la clave era la práctica constante. «Siempre decía que no debías dejar tus oportunidades de lado. Era como tener que terminar tu desayuno”, recordó Eadie. Las lecciones abarcaban no solo el baloncesto, sino la vida misma, como mencionó Jiwani al hablar sobre el valor de aprender de los errores.
Las jugadoras describen su relación con Bryant como única. «Él quería que encontráramos nuestras propias respuestas y nos retaba a jugar nuestro mejor partido», dijo Righeimer, quien todavía recuerda cómo se enfocaban en la defensa antes de tocar un balón en su primer entrenamiento con él.
Recuerdos que perduran
El trágico accidente que ocurrió el 26 de enero de 2020, donde Kobe y Gianna perdieron la vida junto a siete pasajeros en un accidente de helicóptero en Calabasas, dejó una huella imborrable en estas jóvenes atletas. Aquel día, mientras esperaban la llegada de su equipo, la realidad del accidente se hizo presente y fue devastadora. «No entendía completamente lo que significaba esa palabra, fatalidades, hasta que mi mamá me explicó», compartió Lamkin, quien ahora aspira a convertirse en enfermera.
La Mamba Academy era más que un club de baloncesto; era una familia construida sobre la pasión y el talento. La conexión entre los padres y las jugadoras también se fortaleció después de la tragedia, porque debieron enfrentar un dolor profundo juntos. «Para nosotros, fue más que ser simplemente el equipo de Kobe Bryant», reflexionó Jiwani, destacando el impacto personal que tuvo él en sus vidas.
Un legado emocional
Hoy, mientras Righeimer y sus compañeras navegan su camino en el baloncesto universitario, cada uno de sus logros está impregnado del espíritu de Kobe. Aunque fueron jóvenes cuando le conocieron, ahora la realidad de su grandeza se hace más tangible. «El legado que dejó va más allá de ser un simple jugador; se ha convertido en una filosofía que llevamos a nuestros propios juegos y a nuestras vidas”, concluyó Spotts.
El viaje de Kat Righeimer es un tributo no solo a su talento, sino también al recuerdo de Kobe Bryant, una fuente inagotable de motivación que continúa iluminando el camino de estas jóvenes promesas del baloncesto.